lunes, 28 de marzo de 2011

¿Ha mejorado la salud en El Salvador?

Publicada 27 de diciembre 2004, El Diario de Hoy
Rodolfo Chang Peña*
El Diario de Hoy
editorial@elsalvador.com
Para medir el estado de salud de una comunidad, el nivel sanitario, como lo llaman otros, o la tendencia general de la salud pública, como lo prefieren algunos expertos, además de analizar los diferentes factores determinantes de la salud, muchos de ellos contribuyentes y otros condicionantes, a menudo se utilizan indicadores que son cuantías referidas a la población.

Ejemplos de estos indicadores son la cobertura de las inmunizaciones en general o de algunas en particular en el ámbito urbano y rural, la esperanza de vida al nacer, tanto en el hombre como la mujer, el número de médicos disponibles por cada 10,000 habitantes, las llamadas tasas de morbilidad (información sobre de qué se enferma la gente) y las tasas de mortalidad (información sobre de qué mueren los habitantes, a menudo las primeras de que se echa a mano por su disponibilidad). Comprendidas en estas últimas, la de mayor relevancia es la mortalidad infantil, que incluye la neonatal (de 1 a 28 días), postneonatal (de 29 días a 11 meses) y de la niñez (de 1 a 4 años).

Como el nivel de salud de un país se asocia estrechamente con el grado de desarrollo social y económico y la disponibilidad de los recursos, el conocimiento de los anteriores constituye una valiosa herramienta para saber en qué condición sanitaria se halla una comunidad en particular. En ese sentido, un ejemplo de gran objetividad es la correlación entre la disponibilidad de agua potable (como elemento importante del desarrollo social) y la prevalencia de enfermedades diarreicas, que establece que a mayor disponibilidad de agua potable, existe menor incidencia del síndrome diarreico en la población.

No hay comentarios:

Publicar un comentario